domingo, 25 de julio de 2010

Monseñor Jesus María Alvarado

El más ilustre hijo adoptivo de Barbacoas, nació en Santa Rosa del Estado Lara, cuna de la veneración más importante de América Latina (La Divina Pastora), un 24 de septiembre de 1870; hijo de Doña María Barrios de Alvarado y de Don Domingo Alvarado. Debido a sus inclinaciones por el Sacerdocio, desde su niñez se inicio con la dirección el padre Jacobo Perdomo, e ingreso con un grupo e jóvenes al seminario de Barquisimeto; posteriormente, pasó a formar parte el Colegio Federal confiado a la dirección el Dr. Heliodoro Pineda.

En el referido Colegio, cursó estudios de Francés, Ingles e Historia Universal, materias por las que mostró un gran interés; luego estudio en el Colegio San Agustín, una vez graduado de bachiller inicio sus estudios de Arquitectura en el Colegio Federal, donde terminó su carrera graduándose de Agrimensor Público.

Tan pronto como obtuvo la licencia, se inscribió como cursante de Ciencias Eclesiásticas, teniendo como catedráticos a los padres Aguedo Felipe Alvarado y Francisco Arráez; este último fue nombrado en esa época, Obispo de Guayana y se llevó al Orinoco al joven José María Alvarado.

Posteriormente, pasó al seminario de Caracas donde curso 4to, 5to y 6to año de Ciencias Eclesiásticas, y fue ordenado sacerdote el 1ero de Octubre de 1893 en Ciudad Bolívar, cantando su primera misa en el festival de la maternidad de la Santísima Virgen. Inicio su trabajo apostólico en la ciudad de Maturín; allí enfermó de paludismo y fue a Cumanacoa; mas tarde ocupó la Vicaria de Carúpano, cuando decidió regresar a su terruño.

Monseñor Aguedo Felipe Alvarado, obispo en ese entonces de Barquisimeto, lo nombra cura párroco de Barbacoas; del cual se encarga desde el día 30 de noviembre de 1905, y cumpliendo como primera misión, profesar la devoción a María Auxiliadora construyendo una Capilla en su honor, vigente al día de hoy. Adicionalmente, fue el artista que incentivó la construcción de la Iglesia San Felipe Apostol, con una mezcla de estilos, donde destacan el Gótico y el colonial, con bellos ornamentos, preciosas imágenes (El Arcángel Gabriel fue elaborado por él), y una artística torre única en su estilo en Latinoamérica, cuya Cúpula termina en Corona, y no en Cruz.

Monseñor Alvarado se ganó la admiración y el respeto de todos los habitantes de Barbacoas, por ser amigo de todos; se encargaba de ocupar a todas las personas, al grado de ligar varios granos en una misma bolsa, para que las mujeres se encargaran de separarlo y se mantuvieran ocupadas; propiciando además, el encuentro de la Familia. Se desligaba totalmente de los lujos que le ofrecía la Iglesia, para donarlos a los mas necesitados.

Falleció un 26 de julio de 1952, y sus restos están ubicados en la Iglesia que ayudó a construir, destacando su emblemática foto que siempre está escuchando las oraciones de los fieles.

En Barbacoas, muchas personas lo consideran un Santo, y lo veneran en conjunto con San Felipe (Patrón del Pueblo), y desearían que el pueblo fuera nuevamente bendecido con un Párroco con el mismo sentido de vocación y humildad.